NUTRICIÓN Y CÁNCER
¡Buenos días!
En este post, me gustaría relacionar la nutrición con el cáncer, tanto en su prevención como durante la enfermedad.
Llamamos cáncer a un grupo de enfermedades caracterizado por el crecimiento incontrolado de células modificadas por agentes cancerígenos, que incluso llegan a afectar a otras partes del cuerpo, dando así lo que se conoce como metástasis.
Este tipo de enfermedades están relacionadas tanto con factores genéticos como ambientales. Está claro que la genéticas es irreversible, pero ésta no nos condena, pues los factores ambientales como el ejercicio físico, la alimentación y evitar hábitos tóxicos, como el consumo de tabaco, pueden prevenirlo.
Centrándonos en la alimentación, diversos estudios concluyen que existen ciertos alimentos que ayudan a prevenir este tipo de enfermedades, como son las frutas y verduras ricas en fibra. También, los frutos rojos por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, y algunos productos de origen animal, como el pescado azul, que contiene sustancias anticancerígenas.
Por otra parte, existen otros alimentos como los ultraprocesados, las carnes rojas o los lácteos, que se relacionan con un mayor riesgo de padecer cáncer, todos ellos consumidos de forma excesiva, claramente. Así mismo, se ha identificado que el consumo excesivo de sal puede tener cierta relación con el cáncer de estómago, y también el consumo excesivo de azúcar se relaciona con este tipo de patologías.
Durante la enfermedad también es necesario evaluar nutricionalmente al paciente, pues probablemente su metabolismo energético y absorción de nutrientes se encuentren alterados, de tal forma que no aproveche de forma eficaz todos los nutrientes de los alimentos. Por otra parte, los tratamientos de esta enfermedad son muy agresivos y también afectan al sistema digestivo de la persona, así como a su apetito. Por ello, uno de los mayores riesgos, nutricionalmente hablando, sería la caída en la anorexia, pues los déficits nutricionales podría llevarlos a la muerte.
La conclusión es obvia, la enfermedad no sólo se determina genéticamente. La genética no te condena, te condenan tus hábitos de vida.
Referencias:
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